Comentario
Los primeros asentamientos en el norte de los Balcanes datan del VI milenio, y sus características se han relacionado con la evolución de la Grecia peninsular. Esta relación, tanto a nivel cronológico como cultural, permite definir una evolución paralela a lo largo del VI y V milenios. El grupo cultural definido entorno al grupo Starcevo-Koros muestra sus asentamientos extendidos en toda la zona del Bajo Danubio. Los orígenes de este grupo ofrecen una doble interpretación; mientras que tradicionalmente se relacionaba con una colonización proveniente de Tesalia, las investigaciones del substrato indígena han mostrado la existencia de asentamientos estables anteriores a la presencia de indicios de prácticas agrícolas. En efecto, el asentamiento de Lepenski-Vir muestra un gran poblado sedentario, con cabañas construidas en madera y arcilla, con una economía tradicional de caza y recolección, que a mediados del VI milenio ve la incorporación de la producción de subsistencia y la aparición de la cerámica como factores que integran el conjunto de la neolitización. Otro gran poblado significativo de esta evolución es el de Karanovo, en el valle de Maritsa (Bulgaria), ubicado en una zona fértil y formado por un conjunto de 18 unidades de habitación de planta cuadrangular con una distribución espacial significativa organizada en torno a una calle y rodeada de una empalizada. Se trata de un poblado que practica una agricultura intensa (trigo y mijo) completada con la ganadería (buey, cerdo y oveja). En estos poblados no se aprecia una diferenciación social y la unidad socioeconómica es la familia. Se constatan evidencias de intercambios, en el grupo de Starcevo, donde se documentan objetos procedentes de Hungría y del Egeo.